¿Qué es una empresa?
Aunque la pregunta parezca sencilla, no lo es tanto, ya que durante décadas, muchos economistas se han hecho esta pregunta. En lo que todos parecen estar de acuerdo es en que las empresas se crean con un objetivo: conseguir beneficios.
Julio García y Cristóbal Casanueva, autores del libro Prácticas de la Gestión empresarial, definen la empresa como una “entidad que mediante la organización de elementos humanos, materiales, técnicos y financieros proporciona bienes o servicios a cambio de un precio que le permite la reposición de los recursos empleados y la consecución de unos objetivos determinados”.
Los riesgos de la empresa unipersonal
Una empresa es una unidad productiva que puede tener un único propietario. Este único propietario, por un lado se beneficiará de los ingresos o rendas que obtenga del negocio pero a su vez, será responsable de las pérdidas que pueda tener. Por lo tanto, correrá el peligro de tener incluso que vender los activos de la empresa, incluso los personales (vivienda, vehículo, etc.), de este modo deberá hacer frente a las deudas con los acreedores.
Sociedad
Una sociedad, es aquella que en el ámbito jurídico y económico dos o más personas se unen para hacer aportaciones y repartir las ganancias que provengan de las actividades privadas y comerciales que realizan.
Cuando un negocio funciona, es necesario expandirse y para ello, los empresarios se asocian con otras personas para obtener más recursos. De este modo, si el negocio no prospera, ya no será uno solo el responsable de pagar las deudas, sino todos los socios. Algunos socios sólo invierten ciertas cantidades de dinero sin participar activamente en la gestión del negocio. Los despachos de abogados y las empresas de consultoría, suelen ser sociedades.
La sociedad anónima o corporación
Cualquier empresa necesita dinero, capital financiero para empezar su negocio y financiar los gastos derivados de su crecimiento, pagar las compras, la maquinaria, etc. Estos fondos pueden obtenerse gracias a la aportación de los socios o por mediación de préstamos bancarios. Pero cuantos más socios tiene una empresa, más complicado es gestionarla a nivel legal, por ello, la mejor opción es convertirse en una corporación o sociedad anónima.
La diferencia entre este tipo de organización y una sociedad normal es que tiene una esencia legal distinta a la de sus propietarios. La propiedad se divide entre los accionistas y los accionistas originales son aquellos que inician el negocio, pero ellos a su vez, pueden venderle acciones a terceros.
Mercado de valores
La venta de acciones (derecho a participar en los beneficios de la empresa) es una forma de obtener fondos para el negocio.
Muchas veces, estas acciones se intercambian cada día en el mercado de valores. Se venden y se compran las acciones que existen de empresas que las ponen a la venta. Cuando una empresa se queda sin recursos, emite nuevas acciones que le permiten financiar grandes proyectos.
En España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) tiene a su disposición información muy importante que los participantes pueden consultar a través de Internet de forma gratuita. Los accionistas pueden ver una relación de sus cuentas anuales auditadas, con fecha y número de Registro Oficial, con nombre del auditor y la opinión del mismo. Pueden acceder también a informes económicos y financieros semestrales, etc.
¿Qué hacen las empresas con los beneficios?
Algunas empresas se crean a través de intercambios en el entorno de un mercado, mientras que otras se organizan de forma jerárquica en el interior de una institución (empresa) incluso antes de que exista el primer intercambio. La razón por la que algunas empresas actúan de este modo, es porque el uso de los mercados tiene un coste más elevado.
Cuando una empresa funciona, obtiene beneficios, es decir, la diferencia entre los costes y los ingresos. Estos beneficios se reparten de distinta forma según el tipo de organización. En una empresa unipersonal, será el único propietario el que decida si quiere quedarse con todo el beneficio, o por el contrario lo reinvierte en el negocio. Cuando se trata de sociedades, el beneficio se decide entre todos los socios y cuando se trata de sociedades anónimas o corporaciones, la empresa reparte los beneficios entre los accionistas en forma de dividendos o por el contrario puede mantenerlos como beneficios no distribuidos.
Cualquiera que sea el uso de este los beneficios no atribuidos acaba afectando al balance de la empresa, ya que si se mantienen como dinero líquido (caja) o se utilizan para comprar equipos informáticos, por ejemplo, aumentan el activo. Si por el contrario, se utilizan para saldar deudas de la empresa con proveedores o con bancos, disminuyen el pasivo.
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