Cómo dejar atrás el estrés
Los síntomas del estrés son: pérdida o aumento del apetito de manera anormal, ganas de llorar, opresión en el pecho, sensación de ahogo, nerviosismo, desesperación, necesidad de estar acompañado, taquicardia y palpitaciones, mareos, dificultad para concentrarse y pensar claramente, dolor de cabeza, dolor de cervicales, dificultad para dormir aun sintiéndose cansado, obsesión por el futuro, angustia, trastornos digestivos, ganas de morderse las uñas, miedo, pérdida de apetito sexual y hormigueo de brazos y piernas.
Cuando se padecen estos síntomas hay que ponerse manos a la obra para hacerlos desaparecer.
Lo que hay que evitar
- Es importante no tomar cafeína ni teína, porque afectan directamente al sistema nervioso central y empeoran los síntomas del estrés. Por lo tanto, si apetece tomar algún tipo de bebida, lo mejor será una tila o una manzanilla, evitando el té y el café, a menos que sean sin teína o descafeinado.
- Hay que eliminar los pensamientos que provocan ansiedad y angustia. Por ejemplo, no pensar en el futuro si se está pasando por un mal momento económico y no recordar un pasado en el que se vivió un momento triste. Si no se puede evitar este tipo de pensamientos, lo mejor es dejar volar la imaginación para pensar en cosas agradables, crear mundos imaginarios donde todo sea bonito y viajar en ellos con la mente.
- El ruido no ayuda a relajarse, por lo tanto hay que alejarse de él en la medida de lo posible. Intentar buscar la tranquilidad y la paz es primordial para que el nivel de relajación aumente. Por supuesto, es fundamental evitar las discusiones.
- La luz también es muy importante. La luz solar ayuda a sentirse más activo, ya que estimula las defensas y alivia estados depresivos. La fototerapia ha sido utilizada por el hombre desde el principio de los tiempos.
- No ayuda nada un ambiente de trabajo desordenado y caótico. Es importante que hayaserenidad, orden y armonía. Esto incluye cualquier actividad que se tenga pendiente. Organizarse y actuar metódicamente ayudará a que desaparezca poco a poco el nerviosismo. Empezar una tarea y terminarla del todo antes de empezar otra es la mejor manera de trabajar aprovechando toda la energía positiva, canalizándola para realizar cualquier actividad.
Lo que hay que probar
- La risoterapia consiste en hacer un esfuerzo para reírse aunque no se tengan ganas. Está demostrado que la risa actúa como una medicina natural para el cuerpo. Cuando se empieza a reír se activa una especie de interruptor que desconecta la negatividad y las malas vibraciones y automáticamente el cuerpo se relaja y se siente mejor. El escritor francés Marcel Proust dijo: "Aunque nada cambie, si yo cambio, todo cambia".
- La escritura automática es una técnica que ayuda a conocerse a uno mismo, descubriendo las preocupaciones, las ilusiones y los sueños que se tienen. Es muy fácil probar: se escribe en un papel todo aquello que pase por la mente; no importan las faltas de ortografía, no importa nada más que escribir. Después de unas cuantas líneas, descansar y dejar el papel boca abajo. Al cabo de un rato, al leer por primera vez lo que se ha escrito, parecerá un texto completamente nuevo, surrealista y puede que hasta divertido.
- Leer un libro o escuchar música relajante es una buena forma de encontrar la paz interior y alejarse de los pensamientos desagradables. El libro permite sumergirse en un mundo completamente distinto y desconectar.
- Hacer unos minutos de deporte al día también ayuda a que el cuerpo se afloje, sobre todo si se trata de yoga, pero con caminar es suficiente. Si se acompaña de ejercicios de respiración, el resultado es mucho más efectivo: sólo hay que respirar profundamente por la nariz durante unos segundos y soltar el aire despacio por la boca. Repetir este ejercicio diez veces será suficiente para notar una mejoría.
Marcarse una meta
Un profesional puede ayudar a solucionar un problema de estrés, pero al final la solución siempre está en uno mismo. Si se quiere cambiar se puede, no importa que los demás nos digan que no podemos hacer algo. El reto es pensar que todo es posible e intentar conseguirlo, poco a poco pero sin pausa. Hay que tener claro que la fuerza está dentro de cada uno y nadie más puede utilizarla.
Marcarse una meta es fundamental. Pero hay que pensar en algo fácil, alcanzable a corto plazo, para que cuando se logre, se tenga la sensación de haber triunfado. Por ejemplo: empezar un libro y leer treinta páginas cada día, salir a pasear media hora diariamente o sentarse durante un rato a disfrutar de una infusión sin pensar en nada más que en relajarse.
Aunque parezca que la vida se escapa rápidamente sin que se pueda alcanzar su ritmo, perdiéndose cosas y no teniendo tiempo para disfrutarla, hay que pensar al revés: si no se logra salir de este bucle de pensamientos negativos, la vida se estará escapando de verdad sin hacer nada para evitarlo. Por eso, siempre que se tenga oportunidad hay que salir y relacionarse con gente, con amigos, familiares. Y si se tiene la oportunidad, hablarles de las preocupaciones y los miedos, porque puede que algo que parece muy malo no lo sea tanto a ojos de otra persona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario