viernes, 11 de octubre de 2013

Quiero ser tan friki como Mark Zuckerberg

Quiero ser tan friki como Mark Zuckerberg
Si se hiciera una encuesta acerca de lo que la gente opina de los frikis, posiblemente predominarían las respuestas cargadas de adjetivos insulsos y frases articuladas de manera automática, todas ellas apuntando hacia un mismo diagnóstico: los frikis son “raros”. La naturaleza humana tiende a etiquetar, encasillar y prácticamente precintar a las personas que se salen de lo común sin preocuparse por comprenderlas.
Quizá, es más fácil apartarse de lo desconocido dejándolo en un cajón hasta que un día alguien saca el tema, y entonces, solo hay que tirar del archivador de las ideas etiquetadas y contestar lo que todo el mundo piensa, opinando prácticamente por inercia. El veredicto es claro: Los frikis son lunáticos, estrafalarios, antisociales, extravagantes, excéntricos y obsesivos. ¿Es eso cierto? ¿No ha cambiado ya esa mentalidad? Si aún no lo ha hecho, no tardará mucho, porque los frikis están de moda.
Los frikis están de moda
Ser friki ya no significa únicamente ser raro, últimamente, se les asocia con la inteligencia, la genialidad, la exclusividad, el ingenio y más recientemente con la riqueza. No cualquiera es friki, porque no cualquiera tiene las cualidades para serlo. Algo está cambiando, ya no hablamos de este grupo social de forma despectiva. ¿Qué es lo que está pasando? La respuesta es sencilla, varios frikis han demostrado que son descaradamente interesantes y espantosamente brillantes.
Si existe un friki que sirve de ejemplo para demostrar lo dicho anteriormente, es sin duda, Mark Zuckerberg, el creador de la red social Facebook, solo comparable con otro notable friki, Bill Gates, o con los fundadores de Google, Larry Page y Sergey Brin. No se puede negar que sus vidas son llamativas e innegablemente frikis, sin embargo, envidiables.
El colmo de un misántropo: Crear una red social llamada Facebook
El estreno de la película La red social del director David Fincher, está siendo un éxito. La historia de cómo el estudiante de Harvard Mark Zuckerberg creó Facebook está causando sensación y no es para menos, ya que Facebook es uno de los mayores fenómenos sociales de la historia. Lo curioso, es que el lema de la película “No haces 500 millones de amigos sin ganarte algunos enemigos” no encaja demasiado con el perfil de un friki, porque supuestamente son personas antisociales.
Solo un friki de la informática haría lo que Mark hizo cuando su novia le dejó, crear en unas pocas horas una web para comparar fotos de mujeres escribiendo simultáneamente en su blog. Solo un friki se presentaría en zapatillas de andar por casa y batín a una entrevista con unos posibles inversores para su proyecto. Solo un friki tomaría la idea de alguien y la haría propia de forma tan astuta y tan fresca, que se sale de las leyes de la cordura. Si hay algo que no le falta a Mark, es cordura, sabe bien lo que hace, hasta tal punto de haber llegado a lo más alto, pasando desapercibido.
La vida social en Internet
Su ingeniosa forma de zafarse de los gemelos Winklevoss cuando ellos le acusan del supuesto robo de su idea, no deja indiferente a nadie. Zuckerberg, en todo momento parece más interesado en demostrar que la idea inicial de los hermanos no tiene nada que ver con su creación, que en librarse de la indemnización que les tiene que pagar. Mark se justifica diciendo que la idea inicial de los hermanos Winklevoss era de una web de citas y en cambio él creó Facebook con el fin de trasladar toda la vida social a Internet. Visto así, queda todavía más claro que Mark es un auténtico genio.
Manual del perfecto friki
Ser un friki, muchas veces significa mantener una lucha con la vida social porque los frikis, supuestamente, son gente alienada e inadaptada socialmente. No existe un manual del perfecto friki, no hay normas, no hay pautas ni un patrón a seguir para convertirse en uno de ellos. Seguramente tampoco es algo que se lleve en la sangre.
Quizá se trata de estar en el momento justo y en el lugar adecuado para tropezarse con uno mismo, mirarse y gustarse lo suficiente para seguir mirándose sin que importe la mirada del resto del mundo. Ser friki no es un estado de ánimo, no es malo ni es bueno, no es una opción ni una elección, es una forma de vida y una vida sin forma que cada uno puede moldear a su antojo.

Ser friki, está de moda, porque ser friki es tener una coraza invisible, es tener ideas propias sin tener miedo a expresarlas, es tener la suerte de poder ser descarado y parecer solo diferente, es vivir sin normas, es huir de los convencionalismos, ser friki es poseer el arma más poderosa, la imaginación.

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